Ciclo de clases-conferencia de Diego Diz: "A propósito del paisaje: estudio de "LA NOCHE ESTRELLADA", de Van Gogh (1889)

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07/08/2015
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08/07/2015

Ciclo de clases-conferencia de Diego Diz: "A propósito del paisaje: estudio de "LA NOCHE ESTRELLADA", de Van Gogh (1889)

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En esta sesión, que es la cuarta del ciclo, Diego Diz disertará sobre los dominios de la noche y el deseo de absoluto tomando como referencia el cuadro de Van Gogh y comparándolo con otros paisajes de la pintura occidental. Esta famosa escena es una de las más vigorosas y sugerentes realizadas por el pintor neerlandés.

Vincent van Gogh fue un artista que tuvo una gran influencia en el arte del siglo XX. Fue el hijo de un pastor protestante. Nació en Groot Zundert, cerca de Breda, Holanda, en el año 1852.

Sus últimos años  estuvieron marcados por sus permanentes problemas psíquicos. Llegó a ser recluído en sanatorios mentales de forma voluntaria como el asilo de Saint-Rémy de Provence, en Francia. Ahí se le habilitó una habitación para que siguiera pintando. En este lugar realizó "La noche estrellada".

Este cuadro es considerado la obra maestra más misteriosa del artista holandés, en la que el cielo se transfigura hasta retorcerse y duplicarse de luz. Aquí solo existe energía y nada es ambiguo.

A diferencia de la mayor parte de sus obras, la "Noche Estrellada" fue pintada de memoria y no al aire libre como usualmente lo prefería el artista.

Esta obra es a la vez un ambiente íntimo y un vasto paisaje. Ha sido pintado tomando un punto de vista alto de la manera que lo hacía el paisajista del siglo XVI Pieter Bruegel el Viejo. Este tranquilo pueblo es un recuerdo de un pueblo holandés en lugar de un pueblo francés.

Es de destacar el tratamiento de la luz de las estrellas como puntas de luz envueltas en un halo luminoso a su alrededor, obtenido con una de las pinceladas más personales de la historia de la pintura: un trazo a base de espirales que dominan el cielo y los cipreses de primer plano, tomando como inspiración a Seurat y la estampa japonesa. Al fondo se aprecia la silueta de un pueblo con la larga aguja de la torre de la iglesia presidiendo el conjunto.

Las líneas del contorno de los edificios están marcadas con gruesos trazos de tonos oscuros, igual que las montañas que recuerdan la técnica del cloisonnismo empleada por Gauguin y Bernard.

Los tonos que Van Gogh utiliza son comunes a todas las obras de esta primavera del 89: malvas, morados y amarillos que muestran el estado de ánimo eufórico del artista, aunque da la impresión de predecir la grave recaída que tendrá Vincent 

08 Julio 2015
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